Nocturnos deambulantes,
hermosos cristales de cuervo...
De la muerte al exilio,
profundos firmes e infinitos,
caídos de la vida,
orando por la muerte,
eternos amos de mi alma
reposen en mi lúgubre sueño...
Perdido descanso a su mortuoria tristeza,
que la alegría infinita repose en su silencio..
Vagando por los efímeros caminos de la soledad,
libera los demonios crecidos,
para refleejarlos en tu mirar,
eterno tormento de mi vida,
eternos ojos de soledad,
que las tinieblas abracen tus miedos,
y que tus ojos descancen su mirar...
Muertos como los petalos de las rosas,
vacíos como las páginas blancas,
hermosos como tu soledad...
Bendita la muerte por resposar en tus ojos eternos...
Bendita la soledad por reflejarse en tus ojos eternos...
Bendito el vacío por esconderse en tus ojos eternos...
Bendita la tristeza por dormir en tus ojos eternos...
Hermosa noche entre delirios y ramas torcidas, crusifijo perdido mirando la noche, poniendo la luna desde el suelo hasta el cielo, mi corazón perdido de obscuras pasiones y flores crecientes en invierno, sea tu sonrisa la morada de mi hiel, tus manos el cobijo de mi suspirar enfermo, tus ojos el amplio mar de mis días postergados, sonrisa entre dientes, claroscuro, tu, mi amor, mi inquebrantable fe, mi cueva con cascadas de ojos, llego esta noche a tu memoria, clavando mis dientes...
ResponderEliminarRéquiem...
Bella creaciòn señorita... sutiles palabras describen una mirada, la eternidad se refleja en ella...
ResponderEliminarSaludos!